viernes, 28 de enero de 2011

PULSO SINDICAL Nº 91, DEL 22 AL 31 DE ENERO DE 2011

Cierto es que estamos enviando el Pulso con algunos días de anticipación respecto de la fecha que indicamos en el titulo, pero se debe al justo descanso de quien realiza el trabajo de poner fotos y distribuye esta columna de opinión en forma semanal, así es que aquello que no sea considerado ahora, lo será sin dudas a futuro.

Decir que nos ha impactado la canallesca actitud de la empresa Editorial Siglo XXI. Como lo hacen muchos patrones cuando ya perdieron todas las instancias jurídicas a las que recurrieron y que se comprometieron a respetar, no hallaron nada mejor que ocultar sus bienes ante un embargo ordenado, por lo que se mantiene impagas las indemnizaciones de 2 trabajadores despedidos injustamente. Meses y meses en gestiones hasta ganar el juicio y cuando ya se creía llegado el termino del sufrimiento, en enero del 2011 no hay con que cobrarse lo que corresponde.
Esta misma empresa mantiene juicios con otros trabajadores y, aunque ya comenzaron a serle adversos los fallos, seguramente recurrirá a todos los instrumentos para dilatar y al final cuando nada le quede por hacer y deba pagar, se “desaparecerán” los bienes, no tendrá como pagar y comenzará el peregrinar de los trabajadores para poder hacerse de lo que en justicia les corresponde. (mas antecedentes en www.cgtmosicam.cl ).
¿Cual es el punto se preguntaran ustedes, si así proceden todos los malos patrones que se benefician de la ley para abusar de los trabajadores?. El punto es que los dueños de Editorial Siglo XXI son personas que se dicen de izquierda, que se dicen comunistas. Esa es la cuestión y por eso el abuso debe ser denunciado, a riesgo cierto de seguir recibiendo descalificaciones, amenazas e incluso siendo testigo de incomprensibles defensas hacia quienes están violando los derechos laborales.
Si los que pomposamente se llaman “partido de los trabajadores” se sirven de argucias para incumplir la miserable ley vigente y son apoyados en esta cruzada por los mismos que reclaman a voz en cuello el respeto irrestricto a los derechos humanos, ¿que se puede esperar de los capitalistas y explotadores?.
Solo podemos decir que la lucha por la defensa de los derechos de los trabajadores, del pueblo, debe darse siempre no importando quien este al frente. La explotación, el abuso, el descaro son lo mismo en la derecha, en el centro o en la izquierda.
Todo aquel que pague sueldos de hambre, no cumpla con sus obligaciones, obtenga ganancias excesivas sin hacer parte de estas a quienes precisamente las generan, es un enemigo de la clase y como tal debe ser confrontado.

Primero fue Enriquez Ominami, luego Escobar, Alinco y hay otros antes y después que ellos, hasta llegar a Sergio Aguiló. ¿Cual es el elemento común a todos?.
Que llegaron a cargos de representación popular a caballo de partidos políticos que les apoyaron logística y, en varios casos, económicamente. De repente fueron descubriendo que no estaban de acuerdo con el partido o el conglomerado que los aglutinaba, que había cosas que “no iban con sus principios” y lo expusieron abiertamente, contando para ello con un generoso espacio en los medios de comunicación. Se les llamó díscolos, también fueron conocidos como rebeldes y no dejaron espacio en el que exponer sus propuestas.
Sin embargo y “resguardando por sobretodo los intereses de las grandes mayorías” como suelen decir al ser entrevistados, cada vez que fue necesario concurrieron con sus votos para consagrar los acuerdos entre gobierno y oposición.
Y así consagraron (todos, de acuerdo al tiempo que ocuparon un asiento en el Parlamento) leyes y reformas laborales como la del año 1990 en que se cambió de 5 a 11 años el tiempo tope para percibir indemnización por años de servicio, o la del 2000, cuando se introdujo el concepto de polifuncionalidad en el contrato de trabajo, o la del 2002 cuando se instala el seguro de cesantía que entre sus “maravillas” establece que en caso de despido por necesidades de la empresa, se descuenta de la indemnización el aporte que hace el patrón al seguro, o aquella en que se legalizó elmecanismo del pago de la indemnización en cuotas y tantas otras reformas que solo han perjudicado a los trabajadores. .
Y de repente renuncian, se van y levantan nuevamente un discurso que tiene algo parecido al arte de los encantadores de serpientes. Confunden a la gente, se muestran como buenitos, amigos del pueblo y dispuestos a jugársela. Desconfíe, no les crea, siga pensando que de esta salimos sin este tipo de ayudas. Crea en su fuerza, en su capacidad y desde ahí comience a construir. Ellos no son la solución.

Lo que sucedió recientemente en Magallanes debe ser analizado con atención por las organizaciones de trabajadores, ya que no solo es el problema del gas el que afecta al pueblo trabajador en esa región. No se sabe o no se ha medido con claridad la participación de los trabajadores organizados en las movilizaciones, ni si sus principales demandas estaban en el petitorio y si estas fueron consideradas en las razones que motivaron la movilización y por supuesto la respuesta que a estas dieron las autoridades. En la zona austral los trabajadores siguen afectos al ingreso mínimo nacional y son muchos los que reciben un poco mas de este valor como remuneración mensual. En diversas reuniones los trabajadores han expresado su opinión respecto a un cambio en la aplicación del DL. 889 (bonificación a la contratación de la mano de obra) que el Estado entrega a los empleadores.
Asumiendo que fue una manifestación importante por que se obligó al gobierno a echar atrás una resolución ya tomada, no podemos caer en el triunfalismo. Por el contrario debemos profundizar nuestra relación con las organizaciones sindicales de la zona, para que levanten una propuesta regional de demandas y se movilicen por ellas.

Debemos preguntarnos que sucede aquí en la Región Metropolitana, donde diversas alzas al costo del pasaje en el Transantiago han sido aceptadas por la población sin manifestación alguna de rechazo, y la apatía se mantiene a pesar de que ya se nos ha notificado de posibles nuevos aumentos en los meses próximos. Sin duda que uno de los elementos que influyen en este cuadro de pasividad extrema, es el nulo protagonismo de las organizaciones sociales y sindicales. La carencia de un instrumento que represente las demandas de los trabajadores y pobladores y la difusión de estas en un petitorio son la prueba mas clara de que las cosas no andan bien a nivel organizacional. No basta la expresión de deseos de personas o grupos, es necesaria, urgente por sobre todas las cosas, la unión y acción de aquellas organizaciones que mantienen en alto las banderas de una nueva sociedad, una sociedad distinta, justa y digna.

29 días de huelga cumplen los 196 trabajadores afiliados al Sindicato Nº 2 de la empresa Papeles Industriales SA (PISA). El accionista principal de la empresa es Gabriel Ruiz Tagle, actual subsecretario de Chiledeportes (ver declaración de patrimonio en http://www.chiledeportes.cl/transparencia/pdfs/Patrimonio.pdf página 8).

Quizás si sea este el elemento que provoca que los medios de comunicación ignoren por completo esta movilización. Por eso la invitación es a solidarizar activamente con esta huelga, llevándoles mercaderías no perecibles y/ o apoyo económico.

Ellos están en Panamericana Norte 22550, en la comuna de Lampa.

No hay que olvidarlo, la solidaridad mas importante es la de los hechos concretos.

 

MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE  









viernes, 21 de enero de 2011

PULSO SINDICAL Nº90 DEL 01 AL 21 DE ENERO DE 2011

PULSO SINDICAL DEL 01 AL 21 DE ENERO DE 2011

Una de las características que hemos impuesto al Pulso es ser incisivo en aquello que creemos fundamental para caminar hacia la unidad de la clase trabajadora. Y uno de esos principios es la honestidad, la franqueza al decir las cosas, más allá que esa opinión nuestra pueda implicar malestar o incomodidad en los que son mencionados.
La recientemente finalizada negociación entre los trabajadores del sector público y el gobierno fue mala. No se puede decir otra cosa de un proceso en el cual por varios meses se expuso a los trabajadores que la lucha era por un reajuste de 8,9%, para terminar aceptando por la vía de la inmovilización un reajuste de 4,2%.
Que faltó?, que elementos provocaron el resultado final?, jugaron los dirigentes el rol que les correspondía?, sabían los trabajadores que la resolución tomada por la dirigencia era aceptar lo que viniera pues no se podían quedar sin reajuste?. Lo concreto es que se repitió el mecanismo que ha dado tan malos resultados. Negociación cupular, trabajadores a la calle para imponer algo de presión, desmantelamiento de la movilización, resultado final, un triunfo pírrico que debiera llamarse derrota a secas.
¿Tienen los trabajadores efectiva participación en la gestión de sus dirigentes, evalúan el actuar de los mismos y se producen los reemplazos cuando no se cumple con lo establecido en la discusión de las bases sindicales?. Hay que revisar lo que se está haciendo, poner todo en discusión incluso el rol de los asociados.
No es menor el hecho de que la flojera y la comodidad se han instalado en los miembros de las organizaciones, que prefieren seguir eligiendo a los mismos y que se contentan con que estos aumenten en cada negociación el monto del bono de termino, en lugar de generar un cambio profundo que vuelva a poner en el tapete las demandas y necesidades históricas de la clase trabajadora. Utilizando un dicho de la cultura popular: “la culpa no es del chancho sino de los que le dan el afrecho”
Es claro, o se hace una profunda revisión y evaluación y se procede a los cambios que sean necesarios, o lo poco que queda de organización se diluirá aun mas, hasta llegar a perder el poco de dignidad que nos queda.

En el Pulso Nº 88 llamábamos la atención por el desprecio comunicacional y la desidia sindical, particularmente en lo que se refiere a la perdida de vidas de trabajadores. Esto no ha cambiado y a solo días de que terminara el 2010 se produjeron 3 nuevas muertes que, como es costumbre, solo engrosaron el obituario respectivo. En el accidente laboral ocurrido en el puerto Patache, cerca de Iquique y por donde la compañía minera doña Inés de Collahuasi embarca sus cargamentos de mineral, perdieron la vida los hermanos Manuel y Rodrigo Espinoza así como Sergio Gatica.
Se trata de instalaciones de una empresa minera que solo semanas antes había dado por culminada un huelga en la que participaban mas de 1500 trabajadores ( y que con apenas un 33% del total de los huelguistas, resolviera en una votación aceptar la última oferta del empleador). Claro, los muertos no son trabajadores de planta de la minera Collahuasi si no contratistas de la misma, que en este caso prestaban servicios a la empresa FL Smidth.
Contratistas que seguramente percibían remuneraciones inferiores a aquellos trabajadores de planta que cumplen mismas funciones. Contratistas que con casi total certeza no estuvieron representados en esta negociación colectiva a la que hacemos mención.

Este caso se multiplica por cientos, por miles a lo largo del país y es la muestra más clara y contundente del desprecio, no solo del Estado que es el que dicta las leyes y decretos sino también de los empresarios, para quienes la vida de los trabajadores poco importa.
Lo que no deja de sorprender es la insensibilidad sindical, la despreocupación, que se manifiesta en que casi nadie opina si no se están tocando sus intereses. Es probable que los grandes sindicatos tengan solucionado el problema de los recursos, que no haga falta la solidaridad. ¿Pero que sucede con todos estos valientes que aunque pequeñitos en número, igual se enfrentan al explotador y a veces deben rendir sus aspiraciones ante la nula preocupación de sus iguales?
Es uno de los grandes déficits que deja un año y que comienza a repetirse en el año que se inicia. Mientras no se produzca un cambio en las conductas de la dirigencia, serán muchos los que desesperanzados renegaran de la lucha reivindicativa y se sentaran a esperar las dadivas que de vez en cuando podrá otorgarles el sistema para mantenerlos sometidos.

En una “sorpresiva visita” que contó con gran cobertura mediática, la nueva ministra del trabajo, la directora del trabajo y una senadora, hicieron acto de presencia para fiscalizar condiciones laborales en una terminal del Transantiago. Lo que al menos nosotros tenemos claro es que este show, aunque malo, seguirá siendo transmitido en horario estelar. Solo podemos decir a los trabajadores que los abusos no se terminaran mientras no exista un compromiso real de la autoridad de, al menos, hacer cumplir la mala legislación que nos rige.
Sin ir mas lejos, desde el 12 de marzo de 2010 que esperamos respuesta del Ministerio del Trabajo a unas serie de violaciones a los derechos laborales que denunciamos y lo mismo queda para la directora del Trabajo quien aún no tiene tiempo de contestar un requerimiento que le hiciéramos llegar el 15 de abril de 2010.
En este tiempo los trabajadores han ido siendo despedidos, fueron obligados en muchos casos a suscribir finiquitos para contar con algunos pesos, o ya están abandonados a su suerte.
Nuestra falla?, no haber tenido la capacidad, no haber contado con los instrumentos, para enfrentar la prepotencia patronal. Es lo que debemos corregir a la brevedad.



Sostenemos la necesidad de construir un espacio para discutir en serio sobre lo que es mas importante. Una propuesta básica que sea enriquecida con las realidades de cada sector de trabajadores y salir a la calle a exponerla a los que han dejado de creer.
La unidad que se reclama solo podrá construirse con todas las cartas sobre la mesa, las acciones que esta unidad genere se irán masificando en la medida que se sostengan las demandas y para eso debe haber organización real.
Por eso no podemos menos que rechazar la opinión de las Centrales existentes, que insisten en expresar que no es de interés de los trabajadores contar con una gran organización cuyos dirigentes sean electos por votación universal. (Palabras expresadas por dirigentes CUT y CAT en el encuentro de la INFOCAP el pasado 13 de Enero).
El primer paso para salir de la postración es lograr la participación efectiva, de lo contrario seguiremos escuchando lamentaciones, seguiremos siendo espectadores de aquella gestión sindical equivocada, que insiste en creer que los avances serán fruto del compromiso de gobiernos y parlamentarios.

Sin fuerza sindical organizada, no hay cambio social.


 

MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. Chile