PULSO SINDICAL DEL 01 AL 21 DE ENERO DE 2011
Una de las características que hemos impuesto al Pulso es ser incisivo en aquello que creemos fundamental para caminar hacia la unidad de la clase trabajadora. Y uno de esos principios es la honestidad, la franqueza al decir las cosas, más allá que esa opinión nuestra pueda implicar malestar o incomodidad en los que son mencionados.
La recientemente finalizada negociación entre los trabajadores del sector público y el gobierno fue mala. No se puede decir otra cosa de un proceso en el cual por varios meses se expuso a los trabajadores que la lucha era por un reajuste de 8,9%, para terminar aceptando por la vía de la inmovilización un reajuste de 4,2%.
Que faltó?, que elementos provocaron el resultado final?, jugaron los dirigentes el rol que les correspondía?, sabían los trabajadores que la resolución tomada por la dirigencia era aceptar lo que viniera pues no se podían quedar sin reajuste?. Lo concreto es que se repitió el mecanismo que ha dado tan malos resultados. Negociación cupular, trabajadores a la calle para imponer algo de presión, desmantelamiento de la movilización, resultado final, un triunfo pírrico que debiera llamarse derrota a secas.
¿Tienen los trabajadores efectiva participación en la gestión de sus dirigentes, evalúan el actuar de los mismos y se producen los reemplazos cuando no se cumple con lo establecido en la discusión de las bases sindicales?. Hay que revisar lo que se está haciendo, poner todo en discusión incluso el rol de los asociados.
No es menor el hecho de que la flojera y la comodidad se han instalado en los miembros de las organizaciones, que prefieren seguir eligiendo a los mismos y que se contentan con que estos aumenten en cada negociación el monto del bono de termino, en lugar de generar un cambio profundo que vuelva a poner en el tapete las demandas y necesidades históricas de la clase trabajadora. Utilizando un dicho de la cultura popular: “la culpa no es del chancho sino de los que le dan el afrecho”
Es claro, o se hace una profunda revisión y evaluación y se procede a los cambios que sean necesarios, o lo poco que queda de organización se diluirá aun mas, hasta llegar a perder el poco de dignidad que nos queda.
En el Pulso Nº 88 llamábamos la atención por el desprecio comunicacional y la desidia sindical, particularmente en lo que se refiere a la perdida de vidas de trabajadores. Esto no ha cambiado y a solo días de que terminara el 2010 se produjeron 3 nuevas muertes que, como es costumbre, solo engrosaron el obituario respectivo. En el accidente laboral ocurrido en el puerto Patache, cerca de Iquique y por donde la compañía minera doña Inés de Collahuasi embarca sus cargamentos de mineral, perdieron la vida los hermanos Manuel y Rodrigo Espinoza así como Sergio Gatica.
Se trata de instalaciones de una empresa minera que solo semanas antes había dado por culminada un huelga en la que participaban mas de 1500 trabajadores ( y que con apenas un 33% del total de los huelguistas, resolviera en una votación aceptar la última oferta del empleador). Claro, los muertos no son trabajadores de planta de la minera Collahuasi si no contratistas de la misma, que en este caso prestaban servicios a la empresa FL Smidth.
Contratistas que seguramente percibían remuneraciones inferiores a aquellos trabajadores de planta que cumplen mismas funciones. Contratistas que con casi total certeza no estuvieron representados en esta negociación colectiva a la que hacemos mención.
Este caso se multiplica por cientos, por miles a lo largo del país y es la muestra más clara y contundente del desprecio, no solo del Estado que es el que dicta las leyes y decretos sino también de los empresarios, para quienes la vida de los trabajadores poco importa.
Lo que no deja de sorprender es la insensibilidad sindical, la despreocupación, que se manifiesta en que casi nadie opina si no se están tocando sus intereses. Es probable que los grandes sindicatos tengan solucionado el problema de los recursos, que no haga falta la solidaridad. ¿Pero que sucede con todos estos valientes que aunque pequeñitos en número, igual se enfrentan al explotador y a veces deben rendir sus aspiraciones ante la nula preocupación de sus iguales?
Es uno de los grandes déficits que deja un año y que comienza a repetirse en el año que se inicia. Mientras no se produzca un cambio en las conductas de la dirigencia, serán muchos los que desesperanzados renegaran de la lucha reivindicativa y se sentaran a esperar las dadivas que de vez en cuando podrá otorgarles el sistema para mantenerlos sometidos.
En una “sorpresiva visita” que contó con gran cobertura mediática, la nueva ministra del trabajo, la directora del trabajo y una senadora, hicieron acto de presencia para fiscalizar condiciones laborales en una terminal del Transantiago. Lo que al menos nosotros tenemos claro es que este show, aunque malo, seguirá siendo transmitido en horario estelar. Solo podemos decir a los trabajadores que los abusos no se terminaran mientras no exista un compromiso real de la autoridad de, al menos, hacer cumplir la mala legislación que nos rige.
Sin ir mas lejos, desde el 12 de marzo de 2010 que esperamos respuesta del Ministerio del Trabajo a unas serie de violaciones a los derechos laborales que denunciamos y lo mismo queda para la directora del Trabajo quien aún no tiene tiempo de contestar un requerimiento que le hiciéramos llegar el 15 de abril de 2010.
En este tiempo los trabajadores han ido siendo despedidos, fueron obligados en muchos casos a suscribir finiquitos para contar con algunos pesos, o ya están abandonados a su suerte.
Nuestra falla?, no haber tenido la capacidad, no haber contado con los instrumentos, para enfrentar la prepotencia patronal. Es lo que debemos corregir a la brevedad.
Sostenemos la necesidad de construir un espacio para discutir en serio sobre lo que es mas importante. Una propuesta básica que sea enriquecida con las realidades de cada sector de trabajadores y salir a la calle a exponerla a los que han dejado de creer.
La unidad que se reclama solo podrá construirse con todas las cartas sobre la mesa, las acciones que esta unidad genere se irán masificando en la medida que se sostengan las demandas y para eso debe haber organización real.
Por eso no podemos menos que rechazar la opinión de las Centrales existentes, que insisten en expresar que no es de interés de los trabajadores contar con una gran organización cuyos dirigentes sean electos por votación universal. (Palabras expresadas por dirigentes CUT y CAT en el encuentro de la INFOCAP el pasado 13 de Enero).
El primer paso para salir de la postración es lograr la participación efectiva, de lo contrario seguiremos escuchando lamentaciones, seguiremos siendo espectadores de aquella gestión sindical equivocada, que insiste en creer que los avances serán fruto del compromiso de gobiernos y parlamentarios.
Sin fuerza sindical organizada, no hay cambio social.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. Chile
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