PULSO SINDICAL Nº 212 DEL 08 AL 15 DE OCTUBRE DE 2013
Tiempo de elecciones, tiempo de propuestas.
Así ha sido desde que se postulara por primera vez el 1989
el candidato de la
Concertación , que compitió contra el del pinochetismo.
Patricio Aylwin, luego de ser electo, recibió con bombos y
platillos al directorio de la CUT ,
encabezado por el dirigente DC Manuel Bustos. Agradeció el esfuerzo de los
trabajadores en la recuperación de la democracia, recibió el proyecto de nuevo Código del
Trabajo elaborado por la
Central y los envió a conversar con su ministro del trabajo,
por entonces Rene Cortazar.
A la salida de esa reunión Bustos, con gesto demudado,
explicó que las propuestas no habían sido nada de bien recibidas y que en
concreto el ministro los había mandado a hacerse un lulo con el nuevo Código
propuesto.
Así es que lo que han hecho los dirigentes de la CUT por estos días, es
especial la presidenta y el primer vicepresidente es mas de lo mismo. Con un
elemento no mencionado que es importante reiterar por la importancia que tiene.
Nada han dicho estos dirigentes de la primera Plataforma de
Lucha de la Central
ni se han referido a la primera propuesta de la Concertación , que
aquí en el Pulso nos hemos encargado de desempolvar.
Es mas, en el Mercurio del día 13 de Octubre, un par de ex
dirigentes sindicales de la CUT
(Messina y Requena, representantes laborales de los candidatos Claude y MEO
respectivamente), se dedican a hacer casi las mismas propuestas que por
entonces hiciera la
Concertación y que ellos aplaudían entusiastas, como lo
hicimos todos quienes creímos por momento que se nos estaba hablando con la
verdad.
Es lamentable que la candidata Miranda no haya aprovechado la ocasión para hacer
saber algunas propuestas que oportunamente se le entregaran.
Pero esto es así, como dicen, el show debe continuar y para
ello se prestan gustosos todos los nombrados y otros por ahí, que se las dan de
“críticos del modelo” pero poco o nada hacen en lo real, para demostrar que su
interés por cambiar las cosas va más allá que la simple retórica.
Los trabajadores quieren propuestas concretas, aunque no
están muy dispuestos a luchar por ellas (lo demuestra la poca tasa de
sindicalización y la baja o nula participación en movilizaciones) y eso es lo
que está haciendo falta poner en el centro.
Porqué los trabajadores no recogen lo que plantean los
dirigentes y que les retiene a organizarse en sindicatos y demandar
colectivamente respuestas..
Mientras no encontremos las respuestas, seguiremos dando
pasos de ciego.
No es que no sea correcto demandar el término de las AFP,
trabajo digno, sueldos justos y derecho a huelga, entre otras cosas que se
plantean, pero todos los candidatos
saben que al final los que resuelven son ellos, y como guardianes del modelo no
están ni estarán dispuestos a desmembrarlo.
Basta ver lo que han hecho en estos 23 largos años derecha, izquierda, centro e independientes, para concluir que la pescada que vienen
vendiendo es la misma y que no se puede comprar por añeja y descompuesta.
Por eso la tarea es de los trabajadores y de la nueva
estructura que se den. Sin organización clara y demandas concretas, sentidas
por la masa, todo seguirá siendo retórica, para alegría y conformidad del
modelo que se critica.
Momento entonces de pensar en una demanda colectiva de
peticiones básicas.
Peticiones que involucren a todos los trabajadores,
peticiones que en nada anulen las demandas particulares y especificas de cada
sector laboral, pero que dejen en claro que pese a las diferencias en el
diagnostico y las propuestas sigue en el primer lugar de la orden del día, el
bienestar y la dignidad de todos los trabajadores.
Como CGT hemos visto la necesidad de redactar un documento
muy simple y básico para ser presentado a los candidatos presidenciales.
No con el objetivo de que ellos lo asuman, aunque podrían
hacerlo suyo de los dientes para afuera, sino y por sobre todo para
establecerlo como una hoja de ruta de lo que debieran ser las exigencias de los
trabajadores en el presente y el futuro inmediato.
En este presente y futuro en el que seguiremos careciendo
de organizaciones poderosas y con poder de convocatoria.
En este tiempo de dispersión y mesianismos, tiempo en que
los planes de los poderosos y de los revisionistas penetraron la estructura
sindical, para moldearla a su manera y los tienen a todos hablando de dialogo
social y consensos, como si fuera tan difícil darse cuenta quien tiene la
sartén por el mango en este remedo de dialogo y conversaciones que nunca llegan
a nada, salvo mantener lo poco que aún se tiene y recepcionar bonos que apenas
sirven para pagar algunas de las muchas deudas asumidas por los trabajadores.
Hace ya varios años hicimos un ejercicio, que repetimos a
finales del 2011.
Invitamos a distintas organizaciones sindicales a un encuentro
abierto para consensuar una propuesta de conjunto. Lo hicimos porque pese a las
diferencias todos hablábamos de la unidad como elemento aglutinador.
Les expusimos que más allá de lo que nos dividía, era
posible encontrar algunos elementos que nos permitieran construir una propuesta
básica de demandas. Las mismas demandas que se escuchan en las asambleas, que
dan a conocer los dirigentes en los encuentros.
No tuvimos acogida y lo lamentamos profundamente. Sin
embargo seguimos creyendo que no hay otro camino y a través del Pulso volvemos
a insistir en lo planteado.
Debiésemos luchar a lo menos por:
a) Una asignación familiar equivalente a medio litro de leche
y medio kilo de pan diario para cada hijo de los trabajadores
b) Una asignación de locomoción de 2 pasajes diarios, para
todos los que prestan servicios a un empleador, sea en jornada parcial o
completa.
c) Una pensión minima asegurada a todo aquel que se pensiona,
equivalente a un ingreso mínimo mensual, cuyo monto será aquel que corresponda
al momento en que el trabajador se pensiona y se irá reajustando según avance
el monto del ingreso mínimo.
Debemos exigir a los candidatos presidenciales una
respuesta clara respecto a estas 3 demandas básicas, que son un grito
desesperado de millones de trabajadores chilenos, que aunque no cambian mucho
la situación de los explotados, ayudaran a sembrar a semilla para la construcción
de la conciencia.
Los trabajadores aun seguirán votando por quien les venda
la mejor mercadería, sin embargo ya es hora de poner un piso mínimo de
exigencias. De todos nosotros dependerá que se logren resultados.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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