PULSO SINDICAL Nº 247 DEL 13 AL 20 DE AGOSTO DE 2014
Escribo
con el corazón apretado y mucha pena.
Triste
pero entero, pues nos queda aún mucho por hacer y es una obligación no desmayar
ante esta y otras desgracias. Otro de los nuestros nos ha dejado.
En la
madrugada del 18 de agosto falleció, a los 101 años, nuestro compañero y amigo
Juan Ignacio Muñoz Canales, luego de una larga y penosa enfermedad.
En una
fría mañana, en la comuna de Peñaflor, despedimos a quien fuera uno de los
primeros agitadores sindicales de nuestro gremio en tiempos de dictadura y que
profesionalmente formó a muchos de los que, por ese entonces, nos iniciábamos
en el trabajo de restaurantes.
Junto a Juan,
Pancho Venegas y otros militantes de la vida y la libertad, distribuimos el
material educativo de la CTGACH ,
repartimos la prensa obrera y de clase, por entonces proscrita y verdadera
educadora y defensora de los derechos de los trabajadores, y nos las ingeniábamos
para tirar panfletos por entre los vehículos en la Alameda , mientras la
atravesábamos de lado a lado.
Seguro
que hubo muchos y muchas mejores que él en el trabajo sindical de nuestro
gremio, pero pocos se mantuvieron fieles a la organización, más allá del paso
de los años. El querido “viejo” Muñoz nunca dejó de estar cuando fue convocado
y si bien se le fue haciendo cada vez mas difícil acompañarnos, siempre se las
ingeniaba para hacernos saber de su compromiso y cariño incondicional.
Cuando
cumplimos 30 años de vida, reunimos a muchos de los que hicieron el camino de construcción
de la organización primaria. Fue un agrado verles compartir, conversar, con
dirigentes jóvenes, constatar que pese a sus años, mantenían intacta su
convicción e ideas. Juanito estuvo ahí esa noche y quedó testimonio fotográfico
de ello.
Pudimos reconocerle
en vida su entrega desinteresada y anónima. Y es que nunca ocupó cargos
directivos ni demandó retribución de ningún tipo. Estuvo con la organización
porque lo consideraban un deber y así le recordaremos por siempre.
La
partida de nuestros viejos pone ante nosotros un hermoso desafío. Hacer de la
organización sindical una prolongación de la familia, ayudarnos cada vez que se
requiera y por sobre todo desarrollar las herramientas que nos permitan hacer
entender a la gran mayoría que nada se logra sin lucha.
En eso
Juan Muñoz Canales siempre estuvo claro. Nosotros también lo estamos, por eso
es que la perdida no nos doblega, al contrario, nos motiva e impulsa a seguir
adelante.
En el
Pulso anterior escribimos sobre el drama que viven día a día nuestros viejos.
Se nos
olvidó decir que ignorarles y no reconocer el aporte que muchos hicieron a la
causa del movimiento sindical, también es una forma de abandono.
¿Cuántos,
que fueron pilares en la concreción de un sueño y pusieron hasta lo que no tenían
para mantener vigente una organización, hoy día ni siquiera son recordados?
Es el
tiempo del reflujo, del abandono de las ideas, del acomodo pero, como antes
sucediera, tales cuestiones no serán permanentes. Se aproxima el momento en que
desde las cenizas comenzará a renacer la clase, retomará sus banderas y
reconocerá en todos los que nunca claudicaron, a sus lideres y guías.
Hasta
entonces se trata de no perder las ganas de luchar, seguir junto a los que
están en huelga, ayudar a quienes quieren organizarse, salir a la calle a
entregar material de educación, avanzar en estructura y propuestas.
Los
trabajadores deben entender que reformas y cambios laborales acordados con los
mismos que han apoyado a los explotadores, no son solución alguna.
El único
camino es construir las propuestas desde la organización de base, porque eso
asegura la defensa de las mismas. Y dicha construcción debe ir de menos a más,
sin saltarse etapas, solidificando cada avance.
No se
trata solo de sueños escritos, se trata de construir organización y reflejar en
ésta lo justo de las demandas del colectivo.
Por eso
y aunque nos falta mucho todavía para llegar a lo optimo, queremos saludar a
los sindicatos en la IX
y XII Regiones quienes han culminado, o se encuentran a punto de hacerlo, las
asambleas Congreso, que son encuentros donde se analizan el accionar de la
organización y los avances futuros. Entre Agosto y Octubre se realizaran dichas
asambleas en la Región Metropolitana
y demás regiones, para culminar este año con los encuentros zonales de
dirigentes, donde se analizaran las coincidencias y acuerdos de los distintos
sindicatos en torno al documento central,
así como las propuestas que se presentaran a la etapa final del XII
Congreso, que se realizará a fines de abril de 2015.
Recientemente
se han hecho 2 presentaciones de proyectos de ley en la oficina respectiva de la Cámara de Diputados,
relativas a reformas urgentes al Código del Trabajo.
Independiente
del resultado que podrán tener (solo con una gran fuerza propia podremos
presionar efectivamente por que se discutan y avancen hasta llegar a ser leyes)
es importante dejar sentado que se trata
de propuestas nacidas en la discusión de nuestro Congreso anterior, relativas a
cuestiones muy básicas que sin embargo no están reconocidas. Pago de los
sueldos cada 30 días, no mas notarios que certifiquen finiquitos, fijar con
claridad beneficios como la colación diaria, la movilización y la entrega de
uniformes, entre otras.
La tarea
principal es instalarlas en los contratos colectivos de trabajo, pero es bueno
resaltar, que dichas presentaciones son fruto del trabajo, de la discusión de
dirigentes y trabajadores.
Por
estos días se hace espacio una costumbre algo idiota, propia de los tiempos que
corren. Se trata de personajes y personajillos que se empapan con agua, hacen
aportes a una iniciativa puntual y desafían a otros a hacer lo mismo. Lo hacen
en algunos países desarrollados, aunque ninguno de los que se empapa en agua,
demanda por el termino de la hambruna en Africa, el cese de la matanza de niños
palestinos, que se termine con la emisión de contaminantes que están
envenenando el aire, la sobreexplotación de los recursos naturales y un largo
etcétera de exigencias que podrían beneficiar al mundo entero, especialmente a
aquellos países que son victimas de la ferocidad del capital. Como no podía ser
de otra manera, aparecen ya en Chile los emuladores.
¿Porque
mejor los ricos, los grandes sueldos mensuales, asquerosamente grandes para lo
que es el común de los chilenos, no se ponen de acuerdo y comienza a hacer
aportes para que se construyan mas casas, o mas y mejores hospitales en los que
pueda ser atendida con prontitud y diligencia los ciudadanos, mas allá del
nivel de ingresos que tengan?.
Por
ultimo si tiene ganas de mojarse aquí en Chile las figuras y figurines, ¿por
que no lo hacen en seco y el agua que derramarían la juntan y la llevan a
lugares poblados de nuestro país que arrastran por años sequías que apenas
permiten sobrevivir?.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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