PULSO SINDICAL Nº 191 DEL 22 AL 30 DE ABRIL DE 2013
LOS TRABAJADORES Y EL
PRIMERO DE MAYO
El día Internacional de los
Trabajadores es una fecha histórica y es una obligación de cada dirigente, de
cada trabajador, conocer su historia y difundirla.
Lamentablemente, desde un
tiempo a esta parte, ha ido perdiendo su valor histórico y en muchas partes se
le llama “día del trabajo o fiesta del trabajo”. Dejó de ser un día feriado y
casi se han perdido las marchas multitudinarias de organizaciones marchando
junto a sus estandartes y banderas.
Los trabajadores - aquellos
que venden su fuerza de trabajo a los dueños del capital - pese a ser actores
fundamentales del avance que muestra el mundo, no son reconocidos como lo
merecen y se pretende a través de las mas variadas formas, privarles hasta de
sus derechos mas básicos para llevarlos a un estado que nosotros hemos llamado
de “neo – esclavitud “.
El mundo se globalizó, nos
dicen con convicción profunda, pero nadie reconoce que pese a todos los
adelantos científicos y técnicos de los que se puede jactar la sociedad actual,
existe un elemento insustituible. La fuerza humana que mueve las maquinas,
presiona los botones, esa que interconecta en cosa de segundos al mundo.
Sin trabajadores no hubiera
sido posible el adelanto del que hoy disfrutamos.
No existirían las
carreteras, los altos edificios, las casas humildes y las mansiones. No estaría
asegurado el sustento para los miles de millones de individuos que pueblan el
mundo.
El Primero de Mayo no es un
día feriado más en el calendario. Es el día en que los asalariados de todos los
países debiesen recordar a los miles de valientes que, hartos de ser abusados
en sus derechos, decidieron que era el momento de expresar su sentir.
Algo de su origen y
consecuencias.
“El cuarto congreso de la Federación
Norteamericana del Trabajo, realizado en Chicago en noviembre
de 1884, resolvió convocar a una huelga general para 18 meses después, con una
consigna precisa repetida en cientos de lugares el primero de mayo de 1886.
¡¡ a partir de hoy ningún obrero debe trabajar mas
de 8 horas por día.
8 horas de trabajo, 8 horas de reposo, 8 horas de
recreación.
El éxito de la movilización llevó a que los patrones
utilizaran todo su poderío para disminuirla. Un atentado que dejó decenas de
muertos entre la policía y los manifestantes, sirvió para encarcelar, enjuiciar
con pruebas falsas y llevar a la horca a quienes hicieron cabeza de esta
movilización obrera.
El 11 de noviembre de 1887 fueron ahorcados August
Spies, George Engel, Adolf Fisher y Albert Parson. El día antes había muerto
Luis Lingg.
Son estos mártires, junto a
miles mas de distintas nacionalidades que han corrido suerte similar desde
entonces, a quienes se honra el Primero de Mayo. Por eso es tan importante
rescatar la vigencia del Día Internacional de los Trabajadores.
Quienes agitamos las
banderas del sindicalismo de clase, saludamos a los héroes obreros cada Primero
de Mayo y reafirmamos nuestro compromiso con la clase trabajadora.
En Chile, desde 1924 se fue
dando lenta respuesta a las demandas de los trabajadores.
En gobiernos de derecha y
de centro se fueron consiguiendo diversas garantías que humanizaban nuestra
condición.
Desde el derecho a la
vivienda y un bajo pago mensual de dividendos, hasta educación gratuita en
todos los niveles para nuestros hijos.
Indemnización por años sin
tope, derecho a negociación colectiva y participación en ésta de las
federaciones y confederaciones, hasta la obligatoriedad de permiso de los
ministerios de trabajo y economía para despidos que superaran los 10
trabajadores.
Por la constante y metódica
acción del sistema económico y la deficiente o nula capacidad de mantener en
movimiento la organización sindical, fuimos siendo penetrados por los 2 más
grandes virus de los tiempos modernos.
La individualidad y el
consumismo. Muchos son los que piensan: “Poco o nada importa lo que sucede al
que está a mi lado. Si satisfago mis necesidades no me preocupa si lo hace mi
compañero de trabajo.
Se va al bancomático a
operar con la tarjeta milagrosa y se corre a comprar todo lo que se ofrece en
esta permanente e interminable oferta comunicacional.
Ya llegará el tiempo de
endeudarse en un lugar para pagar lo que se debe en otro.
El sistema logró lo que
quería, nos hizo dependientes y anulo nuestra conciencia.
¿Cual es nuestro presente?.
¿Es que pueden quedar dudas de que estamos en una situación complicada,
inferior incluso a la que se vivía en la segunda mitad del siglo XX?.
¿Que futuro es el que
podremos legar a nuestros hijos, si casi no tenemos espacios para expresar
exigencias básicas, sin que esté presente el fantasma del despido y la
cesantía?.
El desaliento, el miedo y
la desesperanza se han instalado en la conciencia de miles de millones de
ciudadanos.
Los trabajadores, preocupados
de mantener su empleo, se niegan a conocer sus derechos y menos a reclamarlos a
través de la organización.
El sindicalismo organizado
está en deuda con los trabajadores.
A carecido de propuestas
concretas y claras. La dirigencia abandonó las banderas de las reivindicaciones
irrenunciables y las reemplazó por las de “avanzar en la medida de lo posible”.
Los trabajadores dejaron de ser actores irremplazables en el proceso y hoy apenas
si se les consulta para tomar decisiones.
Para muchos es mas rentable
reunirse con los patrones y el gobierno que ir por el país promoviendo la
organización.
Con las leyes laborales que
nos rigen, el empleador paga el sueldo cuando quiere, a la vez que declara y no
paga la previsión, dinero que nos descuenta mensualmente.
Los contratos pueden
considerar 2 o mas labores a realizar (polifuncionalidad), lo que provoca
perdida de puestos de trabajo y la sobreexplotación de los que se mantienen
empleados.
Existe el contrato de
tiempo parcial con múltiples formas de distribución de la jornada, con la sola
limitación de una semana de aviso previo y no hay que olvidar que los
trabajadores sujetos a este tipo de contrato tienen establecida legalmente como
remuneración solo 2/3 del ingreso mínimo.
Se creó un seguro de
cesantía en donde, si el trabajador es despedido por necesidades de la empresa, se descontará de la indemnización
por años de servicio el 20% del total de la misma y se instaló una nueva carga
impositiva al obligarnos a cotizar un 0,6% de nuestra remuneración para dicho
seguro.
¿Donde quedan los sueños de
nuestros antecesores. Donde duerme la demanda de Chicago de 1886.?
No hay espacios para
discutir lo que es importante para los trabajadores.
Se privilegia la búsqueda
de acuerdos y extraños consensos que nada nuevo aportan, salvo más desencanto y
frustración.
Es claro que los
empresarios y el gobierno son nuestra contraparte y con ellos debemos buscar
conversar e intentar llegar a acuerdos.
Pero para que tal cosa se
produzca, es necesario que nos reconozcan como actores del proceso y no nos
sigan considerando simple “arroz graneado“, al que se recurre de vez en cuando
y solo para acompañar el plato principal.
Todo lo podemos conversar y
en algunas cosas podremos coincidir, pero para ello es necesario que se reconozcan
algunas cuestiones mínimas que son irrenunciables.
Como trabajadores aspiramos
a que los sobresaltos en el trabajo diario sean los menos, que a nuestros
sindicatos se les reconozca y escuche, que la negociación colectiva sea un
derecho del que todos pueden disfrutar.
En esta fecha señera
debemos ser claros en algo.
No seremos tomados en
cuenta, ni para cosas tan básicas como las que aquí planteamos, si es que no
tenemos organización.
Podremos seguir dando
cuenta de nuestros sueños en papeles escritos y consignas gritadas, pero no es
suficiente.
Para dar y ganar la lucha
económica necesitamos fuerza y esa fuerza la entrega la organización.
Y tengamos claro que ahí no
termina la tarea. Hay que seguir luchando para construir la nueva sociedad con
la que soñamos.
Esa sociedad donde habrá
justicia real, educación gratuita parta todos, viviendas dignas, derecho a
salud sin importar cuanto dinero se tenga en los bolsillos
Esto y mucho mas es el
Primero de Mayo. Vamos a conmemorarlo.
Viva el Día Internacional
de los trabajadores del mundo.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE