PULSO
SINDICAL Nº 250 DEL 03 AL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2014
41 años exactos desde el golpe de estado.
Cada año los medios de comunicación recurren a los mismos
de entonces, aparecen enjuiciando al gobierno de Allende, mostrándolo como la
peste de las pestes, justificando la masacre y la barbarie fascista.
Como contraparte una que otra declaración de quienes
estuvieron con la
Unidad Popular , también los mismos de antaño siempre de ahí
arriba, mediatizándolo todo nunca defendiendo con dientes y muelas, casi siempre la elite nunca un
obrero, una dueña de casa, un brigadista un estudiante proletario.
Unos y otros ya llegaron a un consenso. Disfrutan las
regalías del capital.
Por eso la principal obligación de la hora presente y
futura, es rebatirles la falsa historia que buscan instalar. Ellos mienten.
El gobierno de Allende fue un buen gobierno, con fallas,
que duda cabe, pero un buen gobierno. Atacado con saña por el capital interno y
externo, desprestigiado y denostado, no fueron capaces ni lo serán, de liquidar
su impronta de hombre entregado al pueblo y sus demandas, conciente de las
necesidades populares, impulsor y firme defensor de su programa. Por eso se
confabularon para asesinarlo.
Rescatamos hace un tiempo un texto y lo volvemos a exponer,
como una forma de dar cuenta del peso y la fuerza de Salvador Allende y su
gobierno.
“Allende cumplió íntegramente el programa que votó el
pueblo, especialmente se preocupo de los derechos humanos.
*Aumentó los índices de escolaridad, de salud y de vivienda .
*Los niños tuvieron acceso a una mejor alimentación, y los
trabajadores lograron facilidades para continuar sus estudios.
*Nunca hasta entonces los jubilados gozaron de mejores
rentas.
*Las mujeres ganaron espacios al machismo – en la practica
social y hogareña - luchando por sus reivindicaciones especificas, aunque
Allende no alcanzó a crear el Ministerio de la Mujer , como era su deseo.
*Los obreros y campesinos tuvieron como nunca una
injerencia activa en la producción, a través del reglamento sobre participación
en las empresas del área social y mixta, y llegaron en algunos casos a la
administración y control de la producción.
Eligieron directamente en sus sitios de trabajo a los
dirigentes de la CUT
en 1972, fenómeno democrático inédito en la historia del movimiento obrero
mundial.
*Los mapuches expresaron sus demandas sin temor a
represalias y fueron visitados por primera vez en nuestra historia por un presidente en sus propias reducciones.
*Los pobladores democratizaron a fondo sus juntas de
vecinos y participaron en la distribución de alimentos, mediante las Juntas de
Abastecimientos y Precios.
*Los trabajadores de la cultura lograron, como nunca antes
en ningún gobierno, difundir poesía, canciones y obras de teatro acuñadas por
el propio pueblo.
*La Declaración Universal de los Derechos Humanos
entiende por estos el derecho a la vida, al trabajo, al descanso, a la
organización sindical o de cualquier movimiento social, el derecho a un nivel
de vida adecuado, a la seguridad social, a una honrosa jubilación para vivir
dignamente; en fin el derecho a la educación, la salud, la vivienda y a gozar
de las artes y otras manifestaciones culturales.
Casi todos estos puntos planteados por las naciones Unidas
fueron promovidos por el gobierno de Allende.
Andrés
Domínguez “El poder y los derechos Humanos”:
¿Cuanto de esto es conocido por el pueblo, analizado por
sus dirigentes, tomado como un inicio para desde allí volver a construir un
programa popular?
Estamos en deuda con Allende, con el pueblo y no queda mas
que trabajar duro para saldarla cuanto antes y retornar al camino correcto.
Y aun hay más.
Los trabajadores
contaban a 1973 con un Código del Trabajo mucho mas digno que el actual,
fruto de luchas heroicas encabezadas por poderosas organizaciones,
dirigentes de clase, incorruptos en su
mayoría, que no amenazaban de paros por la prensa sino que recorrían los
lugares de trabajo educando con el ejemplo y actuaban junto a sus bases.
Es esa lucha, esa entrega, ese desprecio por el lujo y las
riquezas, lo que los hace enemigos del
sistema capitalista, que los pone en lista negra.
Miles de despidos, exiliados, exonerados, detenidos,
torturados, ajusticiados y desaparecidos. Ese es el alto costo pagada por la clase
trabajadora, que mas temprano que tarde recuperará su fuerza y capacidad de
incidir. Hay que trabajar para eso, educando, organizando y luchando junto a
los abusados.
Algunas de las mas de 180 leyes derogadas por la dictadura
son:
* Los despidos que afectaban a mas de 10 trabajadores solo
procedían previa autorización conjunta de los Ministerios del Trabajo y de
Economía ( art.86 inciso 3° C. del T. antiguo).
* Descanso en domingo y feriado legales ( art.322 C. del T.
antiguo ) y las 44 horas semanales, para los empleados del comercio. ( art.32
de la ley 17.365)
* En caso de despido injustificado y de negativa patronal
de reincorporación se obligaba al pago mínimo de un mes por año sin tope ni
limitación alguna, en cuanto a su monto superior.( art.8° de la ley 16.455 ).
*Las panaderías no podían trabajar
entre las 22 y las 5 horas.
*El artículo 20 de la ley 17.416
prohibía pagar menos del sueldo o salario mínimo a cualquier trabajador, más
allá de la jornada de trabajo mensual que cumpliera.
*El feriado no podía ser
fraccionado ni se limitaban los días progresivos.
* A los trabajadores a domicilio,
personas que realizan trabajos por encargo en sus hogares, el antiguo Código
los consideraba regidos por la legislación laboral y gozaban de beneficios de la ley como son el contrato,
previsión, salarios mínimos etc.
*Uno de los mayores golpes lo reciben los trabajadores en
la previsión social. No solo dejan de hacer aporte los empresarios sino que el
sistema pasa a ser de acumulación individual. Se termina con la mayoría de las
cajas de previsión y los beneficios que estas entregaban a sus afiliados. Solo
se liberan de esta razzia privatizadora los miembros de las fuerzas armadas.
*En el caso de la negociación colectiva se estableció que
las empresas negociarían de acuerdo a la inicial de su nombre de fantasía.
Esto es lo que no se puede olvidar a 41 años del golpe. No
puede ser ignorado aunque todos los medios de comunicación compitan en este
mismo minuto, por quien amedrenta mas a la población, luego de los desgraciados
hechos ocurridos en lunes 8.
Nadie que de verdad sienta un mínimo afecto por las luchas
de los trabajadores y del pueblo, puede ser responsable de tamaña barbaridad.
Nadie que demanda verdad, castigo y justicia por las atrocidades de la dictadura,
que tiene claro lo que vivió nuestro pueblo, va a ir por ahí poniendo
bombas que mutilan a los que trabajan y
sufren.
Solo desquiciados con el norte perdido o los servidores de
la derecha, asustada por las “reformitas de Bachelet”, que pese a su debilidad
han removido un poquito la estantería del capital, pueden hacer algo así.
El recuerdo permanente a todos y cada uno de los caídos, el
compromiso de seguir trabajando para construir algo mejor que lo que tuvimos
debe guiarnos en esta lucha, que no nace ni termina con nosotros.
Así lo demostró Allende y todos los caídos el 11 de septiembre
de 1973 y los años que vinieron.
No lo olvidemos.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.GT. CHILE
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