lunes, 21 de junio de 2010

Estimados compañeros: Tuve en honor de dirigir un breve discurso a nombre de los trabajadores, al Premio Nobel de Literatura don Jose Saramago, que realizó una visita a Chile. Me pidieron que fuera franco, directo, pues lo que el quería era empaparse de la realidad de los trabajadores.

Hoy día 18 de Junio de 2010 durante la mañana nos ha dejado Saramago. En su honor y memoria este saludo de nuestra CGT, que tuve le honor de entregar en su presencia.

MANUEL AHUMADA LILLO



UN SALUDO AL PREMIO NOBEL



Buenos días compañero Saramago:

No es por casualidad que inicio así mi saludo. Es la frase de salutación con la que los trabajadores nos saludamos al inicio de una asamblea sindical. También la usan, quienes aspiran a un mundo mejor sin violación a los derechos del hombre. Esos que siguen insistiendo en que lo más importante para una sociedad justa es el hombre y la satisfacción de sus necesidades básicas.

Aquellos que no rendimos las banderas, nos reconocemos por el mundo en los mas variados idiomas, llamándonos compañeros y estrechando con fuerza las manos. Con nuestro saludo hacemos entrega unos a otros de las victorias y las derrotas sufridas en este largo peregrinar. Traspasamos al que nos escucha el mensaje de compromiso permanente en la lucha por los derechos humanos y sociales, la decisión de seguir adelante por la vida sembrando sueños de libertad y dignidad, para todos los hombres y mujeres explotados y violados en sus derechos mas mínimos.

Seguiremos levantando la voz contra la guerra, el hambre, la exclusión y el sectarismo, no descansaremos hasta derrotar en todos los rincones de la tierra la discriminación y el racismo.

Nosotros somos parte de ese Chile hecho desaparecer de las crónicas periodísticas. Somos ese Chile sometido a ignominiosas jornadas de trabajo de 12 y mas horas por día, privados del derecho a cobrar indemnización por todos los años de servicio cuando somos despedidos. Habitantes de un país donde la mujer trabajadora no tiene derecho a sala cuna y a amamantar a sus bebes, a excepción que sean 20 o mas en una empresa.

Aquellos que nos prometieron mejoras cuando se fuera la dictadura, no han cumplido.

Solo han hecho reformas que liberalizan la legislación para beneficio de los patrones. Un trabajador chileno debe esperar meses, e incluso años para que un tribunal determine que se le debe compensar por el despido arbitrario e ilegal.

En pleno siglo XXI constituimos sindicatos a escondidas para que no despidan a los audaces, a los locos que se decidieron a hacer organización.

De este Chile no se habla, y cuando lo mostramos nos acusan de ver solo lo malo, de ser pesimistas, como si estas cosas no bastaran para derrotar a cualquiera, para destruirle al ser humano la fe en que todo puede mejorar. Nos invitan a caminar con mirada de futuro, pero han abierto un precipicio justo delante nuestro.

Cuanta necesidad, cuanta falta hace compañero José, que estas cosas que afectan a los trabajadores en todo el mundo sean difundidas con fuerza. Cuanto necesita el mundo de personas como usted, que digan lo que piensan. Cuantos espacios se hace necesario abrir para que la luz del entendimiento se haga posible.
 
Por eso estamos tan contentos de tenerlo entre nosotros, por eso le decimos con alegría enorme, Bienvenido compañero Saramago.

(El 29-4 – 2003 en la Escuela de Artes Escénicas, Universidad de la República)

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