PULSO SINDICAL Nº 182 DEL 18 AL 24 DE FEBRERO DE 2013
Una
noticia, recogida parcialmente será en esta ocasión el punto de partida de
nuestro Pulso. Seguramente pasará desapercibida entre tanto festival,
exposición de “colitas” y la renuncia del Papa, pero es tanto o más importante
que todas ellas.
Hernán
Olave es un trabajador con una labor riesgosa. Limpia vidrios de edificios en
altura. Para cumplir sus labores debe estar muy preparado ya que cada vez que
sale a trabajar pone en riesgo su vida. Esto debe explicar que haya llevado más
de 3 años prestando servicios en la misma empresa. Hay que ser harto valiente
para cumplir con esa pega.
Por
alguna razón, hasta ahora desconocida, este trabajador fue despedido de un
momento para otro, suponemos que la razón que le dieron fueron las conocidas
“necesidades de la empresa”, que están indicadas en el artículo 161 del Código
del Trabajo. Como sucede con muchos trabajadores, a Hernán no se le canceló de
inmediato el finiquito. El afectado no se quedó rumiando por ahí su mala
suerte, ni mirando para el cielo.
Más
bien se enfureció y decidió reclamar de la única manera que le
pareció posible.
Se
colgó de un arnés a varios metros de altura y no se bajó hasta que le pagaron
el finiquito. (página 4 de Las ultimas Noticias del 20 de febrero de
2013)
La
noticia, como otras, seguirá su derrotero y seguramente en algunas horas pasará
al olvido, misma situación que afectó a algunos trabajadores en Concepción, que
se habían instalado en los altos de una grúa de construcción, demandando el
pago de haberes pendientes. No se sabe aún en que termino esa aventura en las
alturas.
De
lo sucedido al trabajador Hernán Olave, y a otros, se desprende un
par de elementos que deben ser tratados y demandados por los trabajadores
organizados.
Primero: Hay que exigir la modificación del articulo 161 del Código del
Trabajo, pues hasta ahora el patrón tiene la facultad absoluta de poner termino
al contrato. La invocación de las necesidades de la empresa sirve para tapar
las sanciones que en la empresa se aplican a quienes por una u otra razón dejan
ver el descontento con el trato que reciben. Se supone que se despide a un
trabajador por que no hay como mantener la planta de empleados, pero a las
horas o días ya se está contratando a otra persona para que cumpla las mismas
funciones del despedido, a veces incluso con mejor remuneración que el
trabajador cesado.
En
el artículo 168 del Código se establece que quien considere injustificado el
despido puede reclamar ante el tribunal y si se le da la razón se recargará la
indemnización. Para el caso de las necesidades de la empresa el recargo es del
30%.
Es
suficiente la sanción?, ciertamente que no, por lo que la mayoría de los
afectados no hacen uso de la norma legal. Lo que corresponde es la reincorporación
del despedido si se mal utilizó una causal para despedir y por supuesto una
sanción contra el patrón abusador.
Segundo: Hay que exigir una reforma que establezca el pago inmediato del
finiquito en caso de despido, situación que la legislación hasta ahora no
considera. No pueden los trabajadores seguir esperando días y semanas para que
se les pague lo que corresponde. Además hay que terminar con la facultad
patronal de pagar el finiquito en cuotas.
Dramático
sería que cada despedido deba colgarse de alguna parte para demandar el pago de
su finiquito, pero ciertamente quienes legislan en este país deben entender
alguna vez la urgencia de modificar el Código del Trabajo y hacerlo antes de
que el descontento social provoque la explosión.
A
principios de febrero de este año cayó en una zona montañosa de Rusia un
meteorito, hecho anormal que fue fotografiado y filmado y cuyas tomas hoy
recorren todo el mundo.
Cuando
se producen estos hechos se genera una gran conmoción, natural por cierto, ya
que se trata de algo extraordinario. Toda la gente busca respuestas y se
muestran interesados en saber que es lo que contenía este meteorito.
Una
noticia aparecida en El Mercurio del 16 de Febrero (página C2) podría darnos
algunas pistas para responder tal inquietud. En efecto, en el diario citado el
señor Claudio Orrego, ungido como candidato presidencial del Partido Demócrata
Cristiano, dice que “las diferencias con la ex presidenta Michell Bachelet son
claras, representamos mundos distintos”.
Si
asumimos que la señora Bachelet está en este mundo y que el señor Orrego dice
representar a un mundo distinto, deberíamos concluir que el meteorito caído en
Rusia, es portador de un candidato presidencial para Chile.
Espero
que no se molesten conmigo quienes adscriben a la candidatura del señor Orrego,
pero ya esta bueno que él y otros actuales y futuros candidatos recurran a
otras analogías cuando se trata de vender la pescada.
¿Que
es esto de mundos distintos de los que tanto hablan políticos de todos los
pelajes? ¿Acaso se trata de personas con 2 cabezas, seres que caminan en cuatro
patas que no tienen raciocinio ni razonamiento, seres de otro planeta?
Mundos
distintos. Me da vueltas la palabrita mientras busco una explicación y algunas
luces se van apareciendo.
Podría
ser que vivamos en 2 mundos, concluyo. Y es que he sido testigo de hechos que
merecen atención pues pueden ser una prueba de lo que algunos plantean.
En
este tiempo en que vivimos, en algunas partes a los trabajadores se les llama
colaboradores, a los despidos desvinculados, e incluso a quienes inician su
labor de explotación de la fuerza de trabajo se les llama emprendedores.
Buena
manera esta de confundir y todo por la culpa de un meteorito.
Lo
importante es que los trabajadores y el pueblo en general no pierdan el norte.
Vivimos en un mismo mundo, todos, un mundo donde la desigualdad establecida por
las normas impuestas por el capitalismo es la que se impone.
Nuestra
tarea de la hora presente es educar a esas amplias mayorías adormecidas por el
cantito de las sirenas, enseñarles que la apropiación capitalista es la
responsable de que el abuso y la explotación se hayan entronizado.
Que
no es normal que se tengan que endeudar a meses y años para tener algunas cosas
en sus hogares, que no es posible que deban aceptar en silencio el maltrato
presionados por el fantasma del desempleo.
A
fin de cuentas, lo que queremos es un mundo digno, más justo, mundo en el que
no sea un privilegio una vivienda decente, y la educación y el acceso a la
salud.
Nuestro
mundo, este mundo en el que vivimos. Un mundo que debemos humanizar y lo
lograremos con la fuerza de las mayorías.
Vamos
entonces adelante educando, organizando, luchando
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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