PULSO
SINDICAL Nº 179 DEL 28 DE ENERO AL 03 DE FEBRERO DE 2013
La huelga legal es un instrumento poco efectivo, habida
cuenta de las severas restricciones que la ley ha instalado para que los
trabajadores puedan encontrar respuesta a sus demandas o al menos a parte de
ellas, a través de la paralización de labores. En efecto, basta que el empleador
entregue unos exiguos beneficios para
quedar facultado de contratar trabajadores a contar del primer día del
inicio de la huelga. Veamos de que se trata:
*Iguales estipulaciones a las que se tienen en el contrato
colectivo vigente, reajustadas en un % igual al IPC que va entre el último
reajuste recibido por los trabajadores y el termino del contrato colectivo
vigente (regularmente es un semestre y habida cuenta de la variación del IPC,
este % es bastante miserable).
*Reajustabilidad mínima anual igual al IPC para el período
de colectivo, excluidos los doce últimos meses (Si se firma por 2 años, solo
existirá un reajuste en el período).
*Un bono de 4 UF por cada trabajador contratado como
reemplazante. La suma total que pudiera corresponder se pagará por partes
iguales a todos los huelguistas, dentro de los 5 días después de finalizada la
huelga."
Pese a lo exiguo de la exigencia legal, muchos son los
patrones que la incumplen e igual instalan reemplazantes a contar del primer
día. Y es que para ellos resulta muy fácil violar la ley, ya que tienen todas
las herramientas en la mano.
Por que decimos esto?
Primero, es muy complicado para los trabajadores constatar
cuantos han sido los reemplazos. Si tienen la suerte de hacerlo, ésta debe
seguir acompañándolos para conseguir que la Inspección del Trabajo
designe a un funcionario para que de inmediato pueda constatar la infracción
vía fiscalización.
Segundo: Ya no rige aquello de que la autoridad del trabajo
se hacía acompañar de la fuerza pública para sacar a los rompehuelgas. Hoy se
constata la presencia de estos oscuros personajes y se le da plazo a la empresa
para sacarlos, cursándole una multa y notificándole que de no cambiar su
conducta podría ser denunciado ante los tribunales.
Así, la empresa puede estar varios días incumpliendo la
ley, los trabajadores ven que funciona con normalidad y se ven en la obligación
de poner fin a la huelga, aceptando la última oferta o beneficios muy por
debajo de los que demandaban.
Sería el nuestro un análisis parcial, si no consideramos
las deficiencias manifiestas en las que tienen costumbre de caer los
trabajadores.
Digamos que la negociación colectiva no siempre es el
resultado de una planificación detallada, esa en que se consideró desde el
número de trabajadores involucrados, el control de las principales unidades de
trabajo, hasta los momentos de mas o menos producción.
La asesoría es un elemento no siempre bien considerado. Hay
ocasiones en que se deja de lado el contacto con otras organizaciones y el
apoyo efectivo de estas en el proceso y se opta por contratar los servicios de
profesionales de la negociación, que no están empapados de las demandas y
necesidades de la clase.
La planificación de la huelga es el otro factor importante
a considerar. Comisiones de trabajo, huelga de 24 horas, fondos de resistencia,
propaganda activa, olla común, control u
y distribución de las ayudas monetarias son algunos de las principales
carencias que se han detectado en innumerables proceso de huelga.
La solidaridad de clase es un déficit que día a día se
profundiza y mientras no sea corregido, hará de cada conflicto una débil
embarcación en mar embravecido
Necesitaríamos muchos Pulsos para tratar todas y cada una de las
deficiencias que impiden que la negociación colectiva se transforme en un
instrumento que potencie a los trabajadores y vaya forjando a los líderes que
deberán tomar las banderas del movimiento.
Seamos claros, no hay nada que indique que aquellos
trabajadores que constituyen sindicato van a tener necesariamente una buena
negociación, como tampoco que una negociación para que sea positiva debe pasar
necesariamente por la huelga.
La huelga es un instrumento al que no podemos renunciar,
pero será efectiva en la medida en que lleguemos a ella preparados y con todos los involucrados plenamente convencidos
de lo que se está haciendo.
Partamos entonces de
la base de que una de las claves del éxito en ambos planos (sindicato y negociación
colectiva) radica en lograr la incorporación del mayor número de trabajadores y
de la preparación conciente de estos respecto de lo que se están jugando.
No vamos a desmerecer ninguno de las vías por las que opten
los trabajadores, pero tenemos la obligación de orientar respecto de lo que
creemos lo mejor.
Para negociar colectivamente hay 2 caminos. Uno es aquel
que concentra a un número determinado de descontentos, de cansados del mal
trato patronal, que ven en la presentación de un contrato colectivo la
posibilidad de terminar con los abusos.
O sea se unen para el solo objetivo de negociar. Este camino es
recomendable para quienes tienen contratos por tiempo determinado y
regularmente es utilizado por sindicatos interempresas que negociación vía
“grupos de trabajadores”.
En ocasiones estos grupos se transforman posteriormente en
Sindicatos de empresa.
Hay casos en que mas que seguir el camino reglado
(adecuarse a las normas del Código) lo que prima es la fuerza, capacidad y
convicción de los trabajadores para conseguir rápidas respuestas. Personalmente pienso que este deberá ser el
camino a seguir cuando logremos amplios espacios de organización en las
distintas áreas de producción y servicios.
El otro camino es el que se muestra más acorde a los
tiempos que vivimos - de temor y dudas de la clase -. Se trata de utilizar en
nuestro beneficio los pocos instrumentos que entrega la legislación. Todos los
que constituyen el sindicato cuentan con un fuero que va de los 10 días
anteriores a la constitución hasta los 30 días después de constituirlo. 40 días
en los que debemos trabajar para ganar conciencias y fortalecer la naciente
organización, hay que llegar a todos los rincones de la empresa, preparando el
futuro contrato colectivo, conociendo desde el corazón de cada departamento de
trabajo las demandas de los trabajadores para que con ellas se construya un
proyecto que los represente a todos.
Hay que recordar a todos los que se van incorporando que
también hay un fuero por negociación de 10 días antes y 30 posteriores a la
culminación del proceso. La negociación puede durar 45 o 75 días según si se
negoció antes o no en la empresa.
Al cierre un saludo a los Sindicatos del CALL CENTER MASCERCA( 166 socios), GOLDENFROST (110 socios) que inician sus conversaciones con las empresas y al
Sindicato ALUSUD (37 socios) que votará la huelga el 8 de Febrero.
Estamos con ellos, alertas y dispuestos.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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