PULSO SINDICAL Nº 262 DEL 01 AL 09 DE DICIEMBRE DE 2014
Chile fue uno de los 48
países que suscribieron la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 1948
en Paris, Francia.
66 años han transcurrido
desde entonces y, como la mayoría de los países suscriptores,
Chile no respeta dicha
declaración universal.
Los gobiernos, cualquiera
sea su orientación, y todos los sectores políticos viven citando y reclamando
el respeto a estos derechos, pero nada hacen por su total aplicación.
He aquí 2 ejemplos de lo
expuesto, en lo que atañe a los trabajadores.
Articulo
23
1.- “Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su
trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y la protección contra el
desempleo.
2.- Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3.- Toda persona que trabaje tiene
derecho a una remuneración equitativa y
satisfactoria, que le asegure así como a su familia, una existencia conforme a
la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera
otros medios de protección social.
4.- Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para
las defensas de sus intereses.
Articulo
25
1.- Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le
asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la
alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia medica y los servicios
sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo,
enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de perdida de sus medios de subsistencia por
circunstancias independientes de su voluntad.
2.- La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especial. Todos los niños,
nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección
social.
Cualquiera dirigente
sindical y trabajador que tome nota de estos 2 artículos, de un total de 30 que
componen la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, podrá reconocer el incumplimiento manifiesto de la
misma, por lo que en el 66 aniversario es una obligación ineludible difundirla
entre los trabajadores y a ciudadanía en general.
Hay que trabajar muy duro,
hasta que se comprenda que demandar respeto a los derechos humanos no es solo
una consigna, muy justa por lo demás, sino una obligación de cada ser humano en
el país y en el mundo.
Por eso es un deber
sindicalista poner en evidencia cualquier falta de respeto a los derechos de los
trabajadores, más aún cuando la autoridad se jacta de que la legislación
existente protege evidentemente a los afectados por el abuso patronal.
La negociación colectiva en
la empresa INDUMOTOR (15 trabajadores, reparación y lubricación de motores)
siguió el derrotero acostumbrado, Nula respuesta del empleador a las demandas
de sus trabajadores, votación de huelga y solicitud de buenos oficios en la Inspección del Trabajo.
Hasta allí llegaron empresa
y sindicato, siendo la primera reacia a cualquier mejora hasta que en presencia
del mediador y como consta en actas, ofreció un reajuste inicial.
Con lo que nadie contaba
era que la empresa se retractaría a la mañana siguiente, echando por tierra lo
avanzado.
Nada puede hacer el
mediador y no existe instrumento alguno que sancione esta anormalidad. Resultado,
los trabajadores debieron recurrir a la huelga, la empresa continua funcionando
y las autoridades del trabajo y las leyes que sustentan su trabajo, son
incapaces de siquiera sancionar a quien se burló de sus empleados.
¿Estas herramientas patronales
estarán impedidas de realizarse, en el paquete de reformas al libro IV del
Código del Trabajo que presentará el gobierno?.
La bases del magisterio,
miembros y no miembros del Colegio de Profesores, han expresa en variadas
formas su rechazo a un acuerdo de la directiva, que no fue sancionado en una
asamblea nacional como se había anunciado inicialmente. La no realización de
dicha asamblea se basa en que el acuerdo firmado con el gobierno da respuesta a
los 5 puntos definidos como prioritarios por el colegio de profesores.
Son varios miles los
maestros movilizados y decenas de miles los alumnos que no están en clases,
cuando ya se acerca el fin de año escolar.
Decir que el colegio tiene
un directorio y debe ser respetado en sus resoluciones si estas se llevan
adelante según sus normas internas. Decir también que si una institución expuso que consultaría a las
bases, no puede desconocer esa consulta así y se haya respondido al total de
las demandas, ya que estas deben ser analizadas pues en una de esas la letra
chica termina anulando algunas de las peticiones (algo muy común en esta nueva
forma de negociación entre partes.
Los profesores movilizados
tienen derecho a expresar su opinión y rechazar un acuerdo si no se cumple con
lo que se les anunció.
A los colegiados le asiste
el pleno derecho a cuestionar a su directorio y los estatutos han de contener
en si los instrumentos para cuestionar una decisión si esta se escapa de las
normas. Los no colegiados tienen 2 herramientas para hacer valer su voz. O bien
se incorporan al Colegio y desde adentro promueven los cambios, o simplemente
echan las bases para construir un nuevo instrumento que los represente.
Lo que unos y otros
movilizados no pueden hacer es dilatar en exceso una situación que los va a
desgastar y que podría culminar en una derrota si es que no definen bien el
curso de acción.
Lo que nadie puede quitar a
los profesores, ni a ningún trabajador, es el derecho a movilizarse y exponer
sus demandas.
En tiempos de agua
revueltas, algunos van por ahí exigiendo que tal o cual organización defina en
que posición se encuentra. Sin sacar lecciones de lo vivido hasta ahora, se busca
instalar a la organización en una posición vinculada al que hacer de partidos
y/o movimientos políticos, como si la organización fuera un apéndice del
instrumento partidario, que por lo demás tiene todo el derecho de existir y
desarrollarse.
Lo que no se debe perder de
vista es que la organización sindical es de los trabajadores y debe defenderlos
apoyarlos y guiarlos, independiente de la filiación política o religiosa que
cada militante de la organización sindical declare tener.
En este mundo polarizado parece
estar claro hacía donde debe ubicarse la organización, la posición que debe
tener hacía la patronal y los gobiernos, pero obligarla a definirse como de izquierda
o derecha indudablemente que va a limitarla en su acción.
Pero ¿y que es ser de
izquierda? podría preguntarse alguien. Frei Betto expone una opinión que es
interesante socializar.
“Ser de izquierda no es una cuestión emocional
o mera adhesión a conceptos formulados por Marx Lenin o Trotsky. Es una opción
ética, con fundamento racional. Opción que mira a favorecer, en primer lugar, a
los marginados y excluidos. Por lo tanto, nadie es de izquierda por declararse
como tal o por llenarse la boca de eslóganes ideológicos, sino por la praxis
que despeña en relación a los segmentos mas empobrecidos de la población. (Frei
Betto, Punto Final N° 816, pagina 2)
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T CHILE
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