miércoles, 30 de diciembre de 2009

PULSO SINDICAL DEL 20 AL 31 DE DICIEMBRE DE 2009



Los trabajadores tomaron su propia decisión. Así puede explicarse el 51% que obtuvo la opción huelga en el proceso de negociación colectiva en Chuquicamata.

Sin duda que este resultado es reflejo del malestar de los trabajadores, es un golpe en las narices de dirigentes que entre otras cosas dijeron estar ante una “negociación histórica” y llamaron a sus bases a aprobar la oferta de la empresa (Ver La Tercera del 28-12, pagina 21).


Pero estamos obligados a ir por más en este afán de hacer una lectura que ayude al movimiento sindical. Lo primero es decir que no está claro cuales son las demandas no satisfechas que llevan a rechazar la última oferta de la empresa: ¿se exige un reconocimiento al rol de los trabajadores contratistas, que se les pague lo mismo que a los de planta por labor igual, o tal vez el compromiso de que no se privatizará la empresa?


Por que si la pelea es solo por que se les pague el mismo bono que a los trabajadores de Escondida, estaremos ante un ejemplo mas de lo profundo que penetró el consumismo en los trabajadores, del abandono a cuestiones básicas como la solidaridad y la defensa de los derechos, a una total despreocupación de lo que sucede con “la clase y sus derechos arrebatados” (léase contratistas para este caso concreto).

Ahora, seamos claros al analizar este resultado. No es bueno para el movimiento y lo más probable es que la huelga no se llegue a materializar si es que no se trabaja con fuerzas en la base, ya que son muy pocos los votos que marcan la diferencia entre huelga y ultima oferta. La tarea de los dirigentes en estos días será convencer a casi la mitad de sus asociados de lo importante que será el apoyo mayoritario a la huelga, así como de explicar con la mayor claridad las razones de fondo del rechazo a la oferta de CODELCO.


Es de esperar que la lucha de los trabajadores no sea solo “por unas monedas más” y que el descontento se grafique en un futuro próximo, en una firme defensa tanto de la calidad del empleo y remuneraciones de los trabajadores de planta y los contratistas, como en la lucha por evitar la privatización de la empresa.



Total frescura de raja. Así pudo titularse la noticia aparecida en la página 12 de La Segunda el 24 de diciembre y no se habría faltado el respeto a nadie. Se trata de una noticia que no ha sido desmentida y en esa condición estamos obligados a comentarla, más aún cuando involucra a decenas de parlamentarios que quedarán “cesantes”. Nos ha llamado la atención “el desconocimiento” sobre el tema en cuestión y hasta donde llegamos en las consultas, podría tratarse de una decisión de la Presidencia de la Cámara de diputados.


Vea usted lo que informó La Segunda: Bajo el titulo “Los parlamentarios y su “indemnización”, da cuenta de la compensación económica que recibirán los diputados que dejan “su pega” en Marzo del 2010. Los diputados UDI Sergio Correa y Juan Masferrer que estuvieron 20 años en esa condición “recibirán de indemnización” unos $ 65.000.000 (SESENTA Y CINCO MILLONES DE PESOS), mientras que aquellos que estuvieron 16 años en el Parlamento (se nombra a 1 PS, 2 RN, 2UDI, 1PRSD y 1 PPD - que será senador desde marzo 2010-) recibirán $53.000.000 (CINCUENTA Y TRES MILLONES DE PESOS).


Aunque la noticia termina allí, podemos al menos sacar otras conclusiones:

a) Cada honorable recibirá de indemnización por cada uno de sus años de “servicios prestados a la República”, (según los datos de La Segunda) la no despreciable suma de $3.250.000 (TRES MILLONES DOSCIENTOS CINCUENTA MIL PESOS).

b) La “indemnización parlamentaria” no estará afecta al tope que la ley establece para cualquier trabajador en Chile (1 mes por año de servicio con tope de 11 años).

c) Aquellos diputados que estuvieron 4 años en su cargo y no fueron reelectos (PPD, PS -actuales y ex- DC, independientes) recibirían a lo menos $13.000.000 (TRECE MILLONES DE PESOS) de indemnización.


d) Un trabajador con un sueldo de $ 165.000 mensuales, debiese trabajar 394 AÑOS para recibir una indemnización equivalente a un mes de sueldo por cada año de servicio, como la que recibirán los diputados “con 20 años de servicio a la patria”. Si limitamos la aspiración a los 53 millones de indemnización que se les pagará a los que se sacrificaron durante 16 años en el parlamento, un trabajador con sueldo de 165 mil al mes, solo deberá trabajar 321 AÑOS. Ahora si nos vamos a los 13 millones de indemnización solo se deben trabajar 79

AÑOS.

El asunto “mejora un poco” si el sueldo mensual del trabajador es de $ 500.000.


En este caso para llegar a 65 millones de indemnización se deben trabajar 130 AÑOS, para recibir 53 millones hay que trabajar 106 AÑOS y para llegar a recibir 13 millones de indemnización tiene que trabajar 26 AÑOS.

Existe si, un pequeño problema. Para hacer realidad esta posibilidad de indemnización sin tope, debe modificarse el inciso segundo del artículo 163 del Código del Trabajo.

Se preguntaran por que tanta rigurosidad en los cálculos. ¿Cual es el objetivo de mostrar esta enorme, abismante, perpetua diferencia, entre algunos ciudadanos investidos de poderes y la gran mayoría de los habitantes del país que viven al tres y al cuatro?.

La razón es simple. Todo lo que reciben los “honorables parlamentarios” es el resultado de leyes y normas que han establecido sin mayores diferencias ni grandes discusiones, los representantes de la Concertación, la Derecha y los independientes de distinto cuño.


Ellos, particularmente los conglomerados que por estos días no se fijan en gastos para atraer la atención de los votantes con miras a la segunda vuelta electoral, hace mucho que se reparten amistosamente el botín, hace tiempo ya que aplican el principio de la distribución igualitaria. Lo hacen con la presidencia de ambas cámaras y sus comisiones, las giras al extranjero, comisiones y mesas de distinto tipo para un problema que trasciende, consejeros del Banco Central, ministros de Corte, etcétera.

Lo único que está hoy verdaderamente en juego es quien será el que cubra, con sus incondicionales, los diversos cargos en los ministerios y las reparticiones del Estado. Esa y no otra es la apuesta y para ganarla necesitan del apoyo del estado llano.

Ellos, los unos o los otros, no harán nada por los trabajadores, nada más de lo que han hecho hasta ahora. Que han legislado?, Leyes de dudosa calidad, perpetuadoras de la discriminación y el abuso. Leyes con claro contenido de clase.


De poco vale que los representantes de los trabajadores (que casi siempre actúan sin autorización expresa de estos) estén entregando respaldos a cambio de compromisos. Ya lo hicieron antes y los resultados son de miserables hacía abajo. Hemos de insistir entonces, ante los trabajadores, que analicen muy bien los hechos de su diario vivir y voten a conciencia. No debe preocuparles que gane uno distinto al que ustedes votaron, si es que sintieron ganas de hacerlo por alguno. Ninguno de los 2 consideró siquiera una de nuestras demandas básicas, demandas que son compartidas por miles de trabajadores, por lo que resulta evidente que ninguno es la solución a los dramas que por tanto tiempo cargamos. Lo demás es paja, y no debe importarles.




MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T.

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